Travesía de Shackleton II: La partida
A las siete de la mañana nos espera la última valla de nuestra carrera de obstáculos. Anclamos junto a las islas Vincent en la bahía Rey Haakon. El equipo de la travesía del Vinson of Antarctica se dispone a franquear la isla de Georgia del Sur hasta la bahía Fortuna en una variante de la ruta Shackleton que atraviesa los glaciares Briggs y Esmark, la meseta Kohl, para luego descender por el glaciar Koning hasta la bahía Fortuna.
¿Por qué una carrera de obstáculos? No sólo llevamos planeando esta expedición desde 2019 para llevarla a cabo en septiembre de 2020, lo cual, por supuesto, hubo que cancelar hasta esta temporada debido a la Covid, sino que hay otros desafíos relativos a un viaje de este tipo, empezando por lograr que todo el mundo llegue a Santiago dos días antes del vuelo crítico, semanal, que desde allí nos transporta al aeropuerto de Mount Pleasant, en las islas Malvinas, donde el Vinson nos estaría esperando. El colíder Stephen Venables se retrasó en Edimburgo debido a que sus esquís y maletas no llegaron hasta el viernes por la tarde, lo que para él fue una situación estresante.
Una vez a bordo, siguieron día y medio de estiba, de sesiones informativas internas y seguridad en el mar, la inspección de bioseguridad de nuestro equipo exterior y una visita del perro cazador de ratas, Sammy, y su cuidadora Naomi: no se encontró ninguna rata.
Luego está lo que atañe al barco en sí. Los barcos son famosos por sufrir averías en los momentos más inoportunos, así que mientras el suspense iba en aumento al soltar amarras el 12 de septiembre, los que conocemos estos escollos cruzamos los dedos para no tener ningún problema mecánico capaz de dar al traste con todo el asunto. El capitán Kenneth y los tripulantes Mariana y John tenían el barco en perfectas condiciones y todo funcionaba, y de pronto nos vimos en Georgia del Sur, adonde llegamos tras una deliciosa navegación de cuatro días hasta el fondeadero de Puerto Undine.
Y allí esperamos tres días a que amainara la tormenta para poder navegar a la bahía Rey Haakon, lo que tampoco fue sencillo y, aún al abrigo del este hasta el norte y el oeste, el frente frío pasó y un fuerte viento del suroeste trajo oleaje a la bahía. Tuvimos que volver a echar el ancla tres veces antes de que las condiciones fueran insostenibles y pudiéramos escapar de forma dramática a través de rocosos promontorios a la bahía de Johan Harbour, a la vuelta de la esquina. ¡Esa vez no hubo margen de error!
Hoy día 20, con fuertes vientos y un ligero oleaje en la orilla, descargamos todos los esquís, los trineos bajos (los pulk), las bolsas de comida y equipo diverso, para almacenarlo en la nieve, muy por encima de los elefantes marinos dispersos en la costa. Para comprobar el estado de nuestro equipo dedicamos un rato a esquiar con viento hasta el acantilado Peggoty y de vuelta tras hacernos una foto en la cima. Allí arribó en 1916 el James Caird tras su epopeya en Ensenada de Cueva, y desde allí emprendieron la famosa caminata a través de Georgia del Sur hasta la bahía Stromness.
Sólo queda un desembarco más mañana por la mañana. Luego saldremos con los esquís tirando de los trineos bajos hasta Shackleton Gap. El pronóstico es bueno para los próximos cuatro días. ¿Qué puede salir mal ahora?
Fotografías de Kenneth Perdigón
Skip Novak
Líder de la expedición