Expedición CASE 22 (III)
Durante nuestras cinco ajetreadas jornadas en Liefdefjorden hemos trabajado en rocas cuya deformación se debe al choque, hace unos 440 millones de años, de Groenlandia y Escandinavia.
A todos nos emocionó mucho ver los pliegues hermosos e impresionantes de la roca, formados a raíz de la colisión de estos dos antiguos continentes. A veces, hasta a los geólogos les sorprende ver lo que es capaz de crear la naturaleza.
Nuestra siguiente parada fue Bockfjorden. Allí visitamos las aguas termales y los restos de un volcán que entró en erupción hace aproximadamente un millón de años. Lo más interesante fueron los fragmentos de roca verde que proceden del manto terrestre y que el magma arrastró hasta la superficie desde unos 80 km de profundidad.
Después viajamos unas 80 millas náuticas a través de Mosselbukta hacia Nordaustlandet; ayer llegamos a Wahlenbergfjorden. Nos alegra estar aquí y trabajar en las rocas sedimentarias, algunas de las cuales tienen más de 600 millones de años de antigüedad. En esa época no existía la vida en la tierra ni en el mar, a excepción de bacterias y algas diminutas.
En las últimas tres semanas, la tripulación del Vinson of Antarctica y los geólogos hemos hecho piña y nos hemos convertido en un equipo de primera. Todos los miembros de la tripulación están más que dispuestos a ayudar y les agradecemos mucho ese apoyo.
En cuanto al tiempo, hasta ahora no ha cambiado nada. Todo está muy tranquilo, nos movemos en torno a los 5 grados centígrados y sólo hemos tenido unos días un poco lluviosos. Seguimos esperando que mejoren las condiciones del hielo en la costa norte, pero las cartas no son prometedoras.
The CASE 22 Expedition Team
4 de agosto de 2021